Belgrano y la hora actual
Por Diego Lo Tartaro
La grandeza de los hombres se advierte ante la adversidad y la forma en que la enfrentan, bien sabemos que todo tiene costos pero quien sabe administrar los evalúa y busca optimizar los beneficios, este es el caso del General Manuel Belgrano y es aquí donde su figura alcanza grados épicos, que eternizan su nombre.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, hijo del rico comerciante italiano Domenico Belgrano Peri y de Maria Josefa González Casero, de antiguo arraigo en nuestras tierras ya que descendía del conquistador, explorador y colonizador español Domingo Martínez de Irala dos veces Gobernador del Río de la Plata y Paraguay.
Inicia sus estudios en el Colegio de San Carlos de Buenos Aires, luego los continua en España donde estudia leyes en la Universidad de Salamanca la más antigua y prestigiosa de España, debe destacarse que en ese entonces en dicha universidad la economía era una ciencia que formaba parte de los planes de estudios de quienes cursaban esta carrera, continua sus estudios en Valladolid donde se gradúa primero de bachiller y luego de abogado, posteriormente se traslada a Madrid donde residía su cuñado José María Calderón de la Barca, allí frecuenta la Academia de Santa Bárbara donde se interesa en los estudios de Derecho Público y de Economía Política, materia esta última en que se especializó. Fue asiduo lector tanto de los economistas españoles como de los extranjeros, sus traducciones de destacados economistas, al igual que sus trabajos y estudios sobre economía son el motivo para que luego la Corona lo designara como primer y único Secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires, que funcionaba como un tribunal comercial y de fomento de la economía, es aquí donde desarrolla una actividad que marcaría y definiría rumbos en el pensamiento y la acción futura de estas Provincias Unidas del Río de la Plata, por ello se lo considera el primer economista argentino.
Pero pasemos al propósito de esta nota, no vamos a extendernos en todo la actividad desplegada por Belgrano hasta 1812 cuando se encuentra al frente del Ejercito del Norte pero si vamos a centrarnos en una conducta muy puntual y singular que nos permite observar cómo entendía y procedía en cuanto a la interrelación de los hechos militares, políticos y económicos.
El 24 de septiembre de 1812 se produce la batalla de Tucumán donde el ejercito patriota al mando del General Belgrano derrota al español que comandaba Pío Tristán nacido en Arequipa Perú y primo del brigadier José Manuel de Goyeneche que ocupaba Cochabamba, los españoles contaban con más de tres mil hombres y Belgrano con solo alrededor de mil quinientos, si bien la batalla fue confusa, la valentía y coraje sumado a la habilidad de cómo se conduce Belgrano y sus hombres les permiten derrotar a los españoles quienes reconocen la misma, no se rinden pero si se retiran a Salta., de esta forma se consolida la suerte de la revolución Es de destacar que desestima las órdenes que le había impartido el gobierno de Buenos Aires y con su proceder detiene el avance arrollador que desplegaba el ejército realista, consolidando así la posición patriota estratégicamente y moralmente, de esta forma facilita y permite que luego el General Martín Miguel de Güemes y sus gauchos pudieran llevar a cabo su exitosa guerra de guerrillas que el General San Martín le había encomendado e instruido en función de su plan continental ideado para terminar con el poder realista en esta parte de América del Sur.
El hecho que queremos resaltar es que luego de este triunfo Belgrano por la carta inédita que hoy publicamos instruye al Intendente de su ejército a devolver caballadas a los hacendados del campo con el objeto del “orden y la economía”.
Es decir luego de la batalla Belgrano privilegia la incidencia de la economía por sobre otros intereses al devolver caballadas tan necesarias para su ejército, no obstante ello comprende perfectamente la importancia que esto significa para la continuidad normal de la producción y el trabajo en momentos de crisis y guerra como el que se estaba viviendo.
Diversas, diferentes y destacadísimas fueron las facetas y avatares de su vida, la imagen que recordamos es la del General de la Independencia, su vocalía en la Primera Junta de Mayo, sus gestiones diplomáticas en Europa y la creación de la Bandera, sin embargo fue fundamental la labor que realizo desde el Consulado en favor del fomento de las actividades industriales, mercantiles y de la agricultura, al igual que su labor como periodista desde el Correo de Comercio por el fundado, donde el análisis de sus escritos ponen de relieve su profundo conocimiento de la economía y a su vez su vocación por la enseñanza.
Finalmente ¡Que singular y paradójico! Fallecía un 20 de junio de 1820 en Buenos Aires el día en que la tragedia de la anarquía se enseñorea de las Provincias Unidas de Río de la Plata, tres gobernadores se disputan el poder: Ildefonso Ramos Mejía, el General Miguel Estanislao Soler y el Cabildo. Tenia 50 años, vencido por la enfermedad, ignorado y sumido en la pobreza entregaba su alma a Dios. El que descendía de una de las familias más opulentas del Río de la Plata, cuya fortuna comprometió y desatendió, porque en el solo primó el servicio por la causa de la independencia, la libertad, el orden, la verdad, la ley y la justicia de la tierra en que nació.
Justamente por todo lo que fue, hizo y significó Manuel Belgrano, por la dignidad, desinterés, idoneidad, honestidad e infinito patriotismo que puso al servicio de su país, bien vale ahora este recuerdo y evocación, cuando nosotros por motivos y circunstancias diferentes también estamos viviendo tiempos de crisis, por ello el comportamiento de Belgrano debería llamarnos a la reflexión y sacar conclusiones y enseñanzas de cómo proceder en la coyuntura que atravesamos.
Pasamos a transcribir la Nota inédita, original y de puño y letra del General Manuel Belgrano “Con el importante objeto de establecer el orden y la economía en el recojo conservación, reparto y devolución de las caballadas destinadas al servicio del ejercito a mi mando y para evitar los perjuicios que suelen inferir a los hacendados del campo y que repercuten en detrimento de todo el cuadro, e nombrado encargado de ello al capitán Don Hipólito Videla para proceder según el tenor de la adjunta instrucción y dirijo a usted a fin de que sirva circular a todos los jueces de los partidos provinciales y deberán firmarla públicamente cerca de las iglesias parroquiales y leerlas en forma de bando en voz alta en dos domingos consecutivos y que llegue a noticia de todos los habitantes de la campaña.
Dios guarde a Ud. S.M de Tucumán 16 de octubre de 1812
M.Belgrano
Al ilustre comando de Intendencia del ejercito de esta ciudad